Este chico de 23 años, nacido en la ciudad de Santiago en el año 1985, actualmente residente en la comuna de San Miguel, ha transformado la forma de ver el arte. Y con sus manos que parecen milagrosas y un estilo único, Alef Sánchez, apodado Alefinni es el protagonista. Los recursos que Internet nos presenta día a día, han innovado la forma en que se pueden ver las cosas, han acortado distancias y nos facilitan la mayoría del tiempo, la vida. Sin embargo, cuando la balanza se carga para un solo lado y pierde peso el otro, por lo tanto todo aquello que solía ser real, ahora se expone con un simple clic.
Ahora preferimos ver galerías virtuales de fotografías, antes de ir a un museo a contemplar. Obviamente nunca se podrá comparar una exposición real con una virtual. Aunque el propósito no es analizar qué es mejor, sino que valorar las alternativas.
Él tiene un blog donde expone sus dibujos, afirmando lo anterior, ha utilizado este recurso ya que en Santiago, no hay muchos espacios para el artista contemporáneo local, o son muy engorrosos de tramitar. Alefinni, sólo quería compartir alguna de las cosas que hacía. Acercándonos a su arte, que es bastante progresivo se mueve en el surrealismo, impresionismo y pinceladas psicoledélicas que le dan vida a creaciones bastante interesantes. Su motivación son las situaciones de la vida en donde en alguna de ellas, se siente totalmente identificado y como en otras que solo es testigo ocular y lo traduce a una obra dibujada.
En alguna de sus obras, están contenidas de mensajes y otras son reflejos de situaciones pasadas en las que se puede vislumbrar algún sueño, una idea. Por ejemplo a fines de los años 90', cuando salía de octavo año básico, el describe su Compilado 1998-1999 con algo de perversión y mucho sarcasmo, sentimientos que le estimulaba en la época de esos dibujos. En esos instantes solo usaba algunas hojas de cuaderno block, ahí retrataba sus mensajes con un lápiz grafito o lápiz a tinta y estaban más contenidos de aquello.
Más adelante en su adolescencia, integra el color a sus trabajos, dejando atrás aquel pasado que parecía ser más ambiguo y expone maravillas impensables, dignas de un amante de colores y formas, en otras palabras, dignas de un adorador de arte. Obras como La banda, El Gallo que logró volar y Fija los controles para el corazón del tiempo son unos de los más representativos del sitio y codiciados por algunos.
Su material de trabajo favorito es el óleo sobre tela, pero el que más ocupa es acuarela y carbón sobre papel block doble faz. Su ambición es llegar a ser como Roberto Matta, Picasso, Goyá, Jean Miró, Salvador Dalí entre otros, aunque el día de hoy, le da un toque de carpe diem a sus dibujos y a su vida.
Por: Jocelyn Martin
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